Sin embargo hay otras plantas de las que aprovechamos sus flores, como son la caléndula, manzanilla, sauco etc. En este caso debemos cosecharlas antes de que comiencen a producir sus semillas. Este punto es algo complicado observarlo pero no es difícil. Observaremos que las flores no pierden pétalos ni se hinchan, esto son señales de que están en optimas condiciones para cosecharlas.

RECUERDA no coseches todas las flores; los insectos polinizadores te lo agradecerán, y al año próximo volverás tener flores para cosechar

 Una vez recolectadas, ¿Cómo las secamos? 

La mayoría de plantas que utilizamos en la cocina como condimento o en infusión utilizamos su follaje, como en el caso del orégano, romero, abrótano, laurel etc. Teniendo esto presente necesitamos saber dos claves para su correcta recolección:

1. Recoger los tallos verdes antes de la floración de la planta. Cuando los romeros, tomillos u oréganos florecen, sus fuerzas las depositan en eso, en florecer, por lo que sus hojas y ramas pierden propiedades, por lo que el mejor momento para recolectarlas es junto antes de la floración, aproximadamente sobre primavera.

2. También debemos tener en cuenta la hora de la siega. Parece algo sin importancia pero las plantas, claro esta, absorben agua y nuestra intención es secarlas. Por eso la mejor hora de recolectar nuestras plantas siempre será cuando más calienta el sol, que los las horas de medio dia hasta la tarde. De esta forma nos aseguramos que poseen la menor humedad posible, con lo que nos ahorraremos trabajo y problemas con hongos.

El secado de hierbas culinarias o medicinales es una práctica que se ha usado durante siglos para su correcta conservación. Pero además, el secado potencia su sabor, por lo que es recomendable, ya sea que las cultivemos en nuestra huerta o jardín o las recolectemos, saber cómo podemos secarlas correctamente. En realidad es igual de importante el ANTES que el DESPUÉS. Por lo que comenzaremos con su recolección:

Cosecha:

En la imagen podemos ver unas matas de manzanilla camomila junto a arbusto de salvia y abrótano

Secado tradicional: 

Necesitamos dos cosas básicas: aire y sombra, te explico:

Una vez recolectadas nuestras hierbas les daremos un ligero baño en agua fría. No por inmersión sino dejándolas debajo del grifo abierto, para evitar que vuelvan a absorber humedad. De esta forma las limpiamos de polvo. Mientras que las secamos con un paño o papel absorbente desecharemos las hojas o flores que no estén sanas o medio marchitas. 

Después de limpiarlas y secarlas haremos ramilletes no muy gruesos con ellas. Si amontonamos mucha cantidad de follaje o flores se pudrirán. La clave es que pueda pasar el aire lo máximo posible.

En el caso de las flores el proceso es parecido. Se puede utilizar papel de cocina para dejarlas secar encima y cambiándoselo diariamente o dejarlas descansar sobre una pequeña estructura de madera con una pequeña red metálica o de plástico muy fina. De esta forma dejamos escapar la humedad y que se oreen bien.

Terminado este proceso colgaremos los ramilletes en una habitación bien ventilada que no reciba el sol directo. Si es una habitación a oscuras mucho mejor. Debemos recordar que la luz, aunque esta no sea directa, afecta negativamente a las propiedades de nuestras hierbas, por lo que la evitaremos.

Este proceso durará aproximadamente 2 semanas. Cuando ya percibamos que están crujientes y se desmenuzan las procederemos a guardar en latas o bolsas de tela, así evitamos la luz para evitar la oxidación.

Secado rápido: 

Con el secado rápido nos ahorramos el trabajo de esas dos semanas utilizando simplemente en horno de nuestra cocina. Hay algunos sistemas de secado de hierbas solares que también aceleran el proceso, pero en España en concreto, salvo en la franja norte. No tenemos muchos problemas de humedad para hacerlo de forma tradicional. Aun así, si tenemos problemas de humedad o simplemente queremos ahorrar tiempo podemos usar este método.

En este caso pondremos en la bandeja de nuestro horno un papel vegetal o de cocina y sobre el las hierbas o flores sin amontonar unas sobre otras.

A continuación pondremos la temperatura más baja que nos permita en horno y arrancamos sin precalentar. En una hora aproximadamente nuestras hierbas estarán deshidratadas.

¡CUIDADO DE NO PASARSE! El horno si se sobrecalienta mucho puede destruirlas. Puedes dejar la puerta entreabierta para evitarlo y que así circula el aire (solo si es eléctrico).  Los minutos de secado varían de una planta a otra por lo que tendremos que ir comprobándolo nosotros. Lo ideal es ir dándole la vuelta cada 10 minutos. 

Recuerda guardar las hierbas una vez secas en tarros o bolsitas de tela opacas, fuera de la luz solar y de la humedad.

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